- Artículo periodístico de José Álvarez Junco, El País, domingo 14 de abril de 1996.
https://elpais.com/diario/1996/04/14/opinion/829432809_850215.html
- Síntesis del artículo en un tuit que se enviará con el hashtag #determinaciondelospueblos.
Se trata, después de trabajar el artículo, de hacer una síntesis y en 280 caracteres crear una frase o frases que tengan un sentido completo y que sean la sintetización del artículo. El tuit podía ser:
Ninguna sociedad es homogénea al 100%. El nacionalismo se cree eso y lo impone, hasta por la fuerza, a sus minorías. Si alguien quiere demostrar su capacidad de gestión, que no recurra a hacerlo en un territorio próspero: que lo haga integrando a todos. Eso es lo difícil.
- Resumen del artículo periodístico.
No existe homogeneidad en ningún tipo de sociedad por lo que los conflictos actuales derivan de la opresión de minorías por mayorías. Los grupos humanos son imposibles de delimitar desde el punto de vista racial, lingüístico o religioso: menos, los de hoy en día. No es viable, pues, las fronteras que delimitan estados homogéneos: serían necesarios miles de estados para cubrir el mosaico humano (solo lingüísticamente hablando serían más de 6000).
Es inviable que la lógica de los derechos colectivos plantee cuál es el tamaño mínimo para convertirse en nación. Por el contrario, se deben integrar forzosamente a todas las unidades colectivas y hacerles entender que todos los españoles deben decidir por el conjunto de España, pues está en juego su unidad.
Las naciones son realidades artificiales, no naturales como quieren hacer creer los nacionalistas. Jordi Pujol piensa que Madrid no entiende la realidad plural de los pueblos de España, y tiene razón. Pero la pierde cuando, a continuación, dice que Cataluña es homogénea, pues a Cataluña le pasa lo mismo que al resto de España: que es igual de plural, salvando las diferencias de tamaño. Las élites quieren un nacionalismo homogeneizador para crear una estructura propia.
Las minorías tienen derechos que una entidad supraestatal ha de defender. Esas minorías forman parte de una sociedad plural en la que todos vivimos: todos formamos parte de alguna minoría en nuestra sociedad. La democracia debe defender esos derechos de las minorías. El problema del nacionalismo es que aspira a dominar un territorio en exclusiva y, para llevar a cabo sus planes, impone, hasta con la fuerza, la imagen de homogeneidad social necesaria para vender su producto.
- Opinión personal.
El artículo choca directamente contra el nacionalismo. Trata de hacer reflexionar al lector de que se basa en una serie de premisas fundamentales que son incorrectas. La más importante, que hay sociedades homogéneas, lo cual es un error de base. Cualquier persona que viva en una sociedad es consciente de que, si hay alguna característica en una sociedad, esa es la heterogeneidad que predomina entre sus miembros.
Se centra en los nacionalismos vasco y catalán. Del primero habla de la influencia de la lucha armada para llegar a sus fines, cosa que es inviable. Del segundo, un nacionalismo más “cultural”, comenta que se mueve en arenas movedizas puesto que se basa en pilares que no se sostienen.
Como sociedad somos bastante obtusos y pensamos que todo debe ser como el fútbol: o Madrid o Barça. Las cosas se deben hablar, la política debe llegar a acuerdos a través de lo que nunca puede perder, que es el diálogo. Pero es cierto que, aunque pensamos que somos completamente libres, nuestros puntos de vistas, los de unos y otros, siempre están influenciados por un ente superior que nos vende lo que queremos escuchar, al igual que un padre o madre que deja de educar a su hijo escucha que el niño es TDAH (Trastorno de déficit de atención e hiperactividad) y justifica su dejación de funciones diciendo que no es que él o ella no haga nada, sino que su hijo es difícil de educar.